La Propuesta en el Swinger

24.02.2025

En la vida en pareja hay muchos retos. Dos personas completamente diferentes, con modos de ver cada parte de la vida personal y colectiva de modo diferente, deciden unirse en un proyecto en común, un proyecto de vida en nombre de; ese pequeño estado de locura temporal, según Shakespeare. El amor.

Clínicamente hablando hay 3 columnas principales en un matrimonio, sin menoscabar otras que en términos general pueden adicionarse, según sea el caso.

La intimidad, que está fundamentada en el permanente enamoramiento del uno hacia el otro, en el en estar juntos, compartir juntos y conocerse juntos.

La pasión, que pasa por ser una intensa intimidad emocional y un anhelo físico de estar conectado con la pareja, comprenderse mutuamente con compasión y compartir la curiosidad por el otro. Ser una expresión de afecto y calidez, felicidad y compartir actividades placenteras y por último sentirse entendido y aceptado totalmente.

El Compromiso, que tiene que ver con la madurez de la persona, la capacidad de asumir responsabilidades y alguna "obligación". Si hay compromiso los miembros se involucran en la vida del otro, se interesan por la familia, los amigos, el trabajo, las aspiraciones y preocupaciones, y en nuestro caso en sus necesidades sexuales.

Todo esto enmarcado en los fundamentos de monogamia sexual y emocional ¡todo lo que este fuera de este marco es anormal! ¿O no…?

Toda la edificación que se sostiene sobre estas columnas se resquebraja, cuando el sentido de propiedad del otro se somete a prueba en el momento en que uno de los dos manifiesta querer vivir formas diferentes de la sexualidad en pareja, explorar diferentes sensaciones sexuales, vivir las tan anheladas fantasías sexuales.

Proponer a tu pareja, en función a tus propios deseos y expectativas, abrir la pareja a un mundo sexual diferente y contrario a la monogamia sexual preestablecida como normal, inviolable y fundamentalmente correcta. Pone a prueba todo principio, toda columna; en general lo pone a prueba todo. Abre la puerta a conversaciones incomodas y pone en la mesa lo que se es como persona y todo lo que nos construyó como una.

Una vez hecha la propuesta, el matrimonio cambiara para siempre…

Según las estadísticas en un 70% de los casos es el hombre quien propone abrir la pareja, en un 20% ambos manifiestan la misma intención en una conversación horizontal y en un 10% es la mujer quien propone dar los pasos hacia la exploración sexual juntos.

No vamos a hablar aquí de la monogamia sexual y sentimental, que en el caso del swinger son completamente diferentes, hablaremos de la propuesta y sus consecuencias; como eje principal de todo el proceso, ese punto inicial que da un vuelco de 180 grados a nuestro matrimonio.

Para nadie es un secreto que el machismo cultural esta presente en cualquier sociedad, los hombres frente a su sexualidad son vistos de maneras diferentes a las mujeres; por tanto, ambos grupos son educados de forma diferente y tienen mayor o menor acceso a su cuerpo y a sus deseos. Individualmente y en parejas se esperan cosas especificas en cada rol, cada cual debe jugar su parte, porque eso es lo que se espera y porque la unión matrimonial establece un solo modelo de conducta sexual.

En ambos casos sea que la mujer o el hombre quien lo proponga los cánones machistas de la sociedad de turno establecerá la respuesta y conducta posteriores. El swinger siempre será una decisión "personalísima" enmarcada en los cánones colectivos y culturales sobre el sexo.

El simple hecho de imaginar o suponer que tu esposo desea penetrar a otras damas, que tu esposa desea ser penetrada por otros caballeros, que tu pareja desea compartirte sexualmente, que tu esposo desee verte sexuar con otros hombres, que tu esposa desea verte sexuar con otras mujeres; pone en contexto cientos de dudas.

Nos enfrenta a nuestra infancia, juventud, traumas infantiles, creencias religiosas, nuestro rol en el matrimonio, nuestro rol en la sociedad, traumas por baja autoestima, temores por la propia condición física-sexual. En fin, nos pone a luchar contra nosotros mismo y contra nuestra pareja. Una lucha que no acaba nunca, porque una vez abierta la caja de pandora no puede cerrase.

Los celos también toman un rol protagónico en toda esta ecuación, ese sentido enfermizo de pertenencia hacia el otro, es una valla muy alta de saltar, para muchos imposible.

La sociedad en su conjunto siempre lo condenará porque no es lo que debe ser o suceder en un matrimonio "sano" por tanto, dentro de nuestra educación, el swinger nunca es una opción, de hecho; para muchos ni siquiera existe, es un mito del porno.

La propuesta si entra en unos protocolos de acción para que afecte menos la agresividad en la respuesta, porque en un gran número de casos la otra parte no ve con buenos ojos el estilo de vida swinger, hay incluso muchos que nunca lo superan.

En cada caso nacerán las preguntas incomodas

¿Es que no soy suficiente mujer u hombre para ti?

¿Lo que tenemos y hacemos para ti ya no es suficiente?

¿Si deseas abrir la pareja es porque ya no me amas?

¡Las preguntas y las respuestas siempre estarán llenas de dudas, muy difíciles de resolver sin ayuda!

El protocolo en primera instancia es sencillo:

Conversarlo, decirlo, manifestarlo en un contexto y ambiente de felicidad mutua, nunca en una discusión. En un ambiente de regocijo sexual, una cena en pareja, un hotel etc.

No insistir, dale tiempo a tu pareja. Tu pareja debe tener un espacio propio para digerirla, asumirla, asimilarla. No olvides, dentro de nuestra educación familiar el sexo en un tema tabú y por lo general mal manejado y eso determina nuestra vida sexual. Incluso el proponerlo no nos hace mejores o mas avanzados o mas abiertos, en ti también hay dudas. En cientos de casos el no saber usar las palabras correctas, por el propio desconociendo del sexo; signado por nuestra propia educación páter familia, nos juega en contra.

Investigar de manera exhaustivo sobre el swinger, debemos saber qué estamos proponiendo. No uses el porno como referencia educativa. Lee, estudia fuentes autorizadas. El swinger no es un libro abierto. Y siempre será manejado de manera equivocada en diferentes fuentes. Insta siempre a que esa educación sea juntos, involucra a tu pareja en cada paso del proceso.

No se lancen a agua solos, busquen clubes. Siempre es mejor iniciarse en el swinger en un ambiente colectivo sano.

No lo conversen con amigos (as), familiares, etc. Es una decisión de dos. Solo tu pareja puede darte las respuestas correctas.

Tener capacidad de negociación y negociaras con la persona más difícil, tu pareja y negociaras con lo más delicado, tu matrimonio.

Y último, pero no menos importante, asistan a especialistas psicólogos o terapeutas de parejas, solo ellos podrán ayudarlos en el camino.

Recuerda que la decisión de ser, estar y vivir el swinger siempre será una decisión personal.

¡La decisión es tuya no de tu pareja!

Ella o el deben convencerse sin presiones, pero si con ayuda.

El swinger es una confrontación permanente con el ergo sexual. Para llegar a ser parte del estilo de vida swinger debes entrar en un proceso de aprendizaje cero, es decir, nada de lo que ya crees saber te va a ayudar, debes aprenderlo todo de nuevo y más aún, aprenderlo de la mano con tu pareja. Lo que te enseñaron en casa, en la escuela, en la sociedad no te va a servir, porque en si mismo el swinger es un comenzar de cero en lo sexual y en lo humano. Ves y vives cosas que no pueden ser procesados con previos estigmas.

En resumen, proponer a tu pareja ser parte del estilo de vida swinger es un camino difícil, por la valentía que conlleva la pregunta es si y por las consecuencias que esta trae. Debes estar preparado para recibir un no como respuesta (en un 90% de los casos esa es la respuesta) y enfrentarte a tus propios monstruos y a su vez enfrentarse los monstruos de tu pareja. Debes estar listo para conversaciones incomodas y tener paciencia para la carga emocional que involucran. Debes en primer lugar, amar a tu pareja.


Por: La Casa de Eros